«Igual que la rebelión de los ángeles puso fin al mundo tal y como era..., partió el cielo por la mitad y creó el infierno..., esto podría significar el fin de los nefilim tal y como existen en la actualidad»
Arriesgando su vida, Clary no duda en entrar en la Ciudad de Cristal sin permiso. Además, ha conocido a un misterioso y encantador cazador de sombras llamado Sebastian y está decidida a descubrir los secretos de su pasado familiar. Pero otras urgencias la apremian: lidiar con la insolencia de Jace; reencontrarse con Simon; y, sobre todo, conseguir que licántropos, vampiros y cazadores de sombras dejen a un lado sus diferencias y unan fuerzas para vencer a Valentine. ¿Lo conseguirá?
Se suponía que esta entrega del universo de los cazadores de sombras sería el final de lo que un principio también sería la trilogía central. Esto se nota demasiado porque la historia cierra demasiadas tramas y concluye con un final muy esperanzador que reúne todos los elementos sueltos de las primeras entregas. Sin embargo, la autora decidió que en vez de trilogía, esta saga central sería de seis libros. Entonces, Ciudad de cristal se convirtió en el puente para los eventos que anteceden a Ciudad de los ángeles caídos.
Con todo, esta entrega es fascinante porque por fin viajamos a Idris, el país de los nefilim, y a su capital Alacante. El sistema mágico y judicial que rige al mundo en que el Clary vive se esclarece y toda la historia se centra en la derrota de un villano muy al estilo Voldemort: Valentine y su secuaz. Aunque considero que la evolución en la escritura de la autora aquí se nota demasiado, siento que la guerra en general fue un asunto ya antes visto en otras sagas literarias. De ahí que rescate el tono religioso, casi bíblico, que le da un toque único a este libro.
Por supuesto, debo resaltar ese final elegante y la consolidación de la relación entre la pareja principal. Esta es una saga que trasciende en la fantasía urbana.
-XOXO
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