“Cuando pasas tanto tiempo atrapada en la oscuridad, descubres que la oscuridad empieza a devolverte la mirada”
Tras rescatar a Tamlin de la malvada reina Amarantha, Feyre regresa a la Corte Primavera con los poderes de una alta fae. Pero no consigue olvidar los crímenes que debió cometer para salvar al pueblo de Tamlin... ni el perverso pacto que hizo con Rhysand, el alto lord de la temible Corte Noche. Una guerra inminente se augura y un mal mucho más peligroso que cualquier reina amenaza con destruir todo lo que Feyre alguna vez intentó proteger. Ella deberá entonces enfrentarse a su pasado, aceptar sus nuevos dones y decidir su futuro.
Comencé a leer este libro estando en un bloqueo de lector. Y, aunque me moría de ganas por leerlo, porque el primero me había dejado super enganchada, mi mente no respondía de la forma correcta a todo lo que estaba leyendo. Por ello, decidí darle un tiempo fuera y esperar a que estuviera en condiciones de disfrutarlo al cien por ciento. Y creo que valió la pena.
Este libro es totalmente diferente en cuanto al panorama que se nos planteó en el primero. La dulce brisa de la Corte primavera y los flirteos en los jardines de rosas pasan totalmente a un segundo plano para develarnos la realidad psicológica de los personajes tras lo que sucedió en Bajo la montaña. Y es ahí donde se pone como una ruleta: los buenos que se ponían las capas de salvadores y los malos estigmatizados dejan de serlos, porque todos los personajes se convierten en un gran matiz de grises; empezamos a ver múltiples facetas de todos.
Debo decir que las primeras páginas sí que se me hicieron un poco pesadas. Principalmente porque el choque de las historias es muy fuerte. Todo lo lindo del primero se ha esfumado y sientes que ya no estás leyendo a la misma Feyra o al mismo Tamlin, lo cual, admito, no supe si me gustaba del todo.
Pero una vez la trama empieza a desarrollarse por completo, y entran en escenas otros caracteres, la historia se convierte en algo atrapante, excitante y fascinante. La ampliación del Phrytian que tenemos aquí es inmensa. Y, en general, la comprensión del mundo de Feyra también. En Acotar no nos dijeron nadita de todo el sistema que rige esta sociedad. En contraste con esta nueva trama, el primer libro parece un cuento de hadas de Disney.
Rhysand se ganó mi corazón. Lo hizo desde el libro pasado, aunque yo no quería admitirlo, pero en este fue imposible negarlo. Me pareció tan bueno, tan dulce, tan valiente. Y lo que más me gustó fue cómo veía a Feyre, el respeto que tiene hacia las mujeres. La mente de él es simplemente fascinante; todo lo que hace en el libro es ufff, casi que inexplicable. Creo, también, que me gustó que Sarah no quemara tan rápido la relación entre ellos, a diferencia de lo que hizo con Tam y Fey en el primer libro. En este, las cosas van despacio, se siente la química entre los personajes, hay más miradas robadas. Y, obviamente, como en cualquier libro de la autora, escenas de sexo. Son como el clímax de todo lo que los personajes habían estado experimentando en las primeras 300 páginas.
La magia de Feyre me encantó. Me pareció bonita, pero letal. Muy diferente de la magia que albergan otros personajes, como Cassian y Azriel, que es más brutal. Y el final, ay, Dios mío, casi me muero. Fue espectacular. Sarah J. Maas me causa unos infartos para no creer. Siento que el tercer libro va ser una bomba, porque hay muchas tramas que tienen que explotar.
Me preocupa un poco, porque entonces no sé cómo vaya a hacer la trama de Una corte de llamas plateadas (el nuevo de libro de la saga), pero espero que, si me atrapa la historia de Nessia y Cassian, sí quiera leerlos, aunque sé que tendré que esperar un buen para eso, porque apenas lo publicaron en inglés. Uf.
En conclusión, es un libro que sí o sí deben leer si ya le dieron la oportunidad a Acotar. No se van a arrepentir porque la historia supera por mucho al primer libro y establece un canon narrativo que se ha explorado muy poco en la contemporaneidad de la literatura fantástica para young adults y adults.

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